Mezquita

Cosme Beccar Varela
LBM #19
27/9/2000


La enorme mezquita quedó inaugurada. Fué construida sobre un magnífico terreno de 3 has. en pleno Palermo que le regaló Menem a la Arabia Saudita. Con total impavidez, Menem dispuso de los bienes del Estado como si fueran de él. Transfirió empresas de servicios públicos, rutas nacionales, servicios impositivos, cuarteles, oficinas del Estado y en general todo lo que pudo vender (o mal vender), lo vendió. En este caso lo regaló. Y consiguió que los señores legisladores aprobaran por ley 24.619 la inverosímil donación. ¿Habrá votado de la Rúa en favor de la ley? Era Senador en ese momento, asi que es muy probable que lo hiciera.

    La donación es doblemente inaceptable. No sólo porque ni Menem ni los legisladores pueden regalar lo que no es de ellos, sino porque con eso pasaron a "sostener" el culto mahometano, después de haber abolido en la reforma de 1994 resultante del Pacto de Olivos, la exigencia de que el presidente fuera católico. Regalarle ese terreno a los mahometanos equivale a sostener ese culto.

    Lo grave del asunto es que no sólo se trata de fomentar un culto falso con el dinero de los argentinos que son católicos en un 95% (practiquen o no practiquen su religión) sino que muchos de ellos no cobran sus jubilaciones y más de 3.000.000 yacen debajo del nivel de pobreza y resulta que el presidente peronista ("lo mejor que tenemos es el pueblo" decía Perón sin que el pueblo le importara nada) le regala un terreno de gran valor a uno de los reinos más ricos de la tierra y del cual no podemos esperar reciprocidad alguna.

    Es sabido que la construcción de iglesias para el culto católico está prohibida en Arabia saudita, que el Obispo designado por el Papa para atender a los católicos que trabajan en ese país nunca pudo entrar en su diócesis porque las leyes no se lo permiten, que los árabes que se convierten al catolicismo son castigados y quien haga proselitismo de la fé católica puede ser condenado a muerte. Estas leyes no son mera teoría: son aplicadas con el rigor musulmán clásico.

    Como puede verse en las noticias del 27/9/000, Arabia Saudita, en reciprocidad por el terreno para el "centro islámico", le regaló a la Argentina un terreno para construir...la embajada de nuestro país.

    Más claro échele agua. Es como decir: "La religión de vuestro Estado, está prohibida en nuestro Estado, y si el Estado de Uds. comete la estupidez de regalarnos un terrenazo para nuestro culto y para instalar centros de propaganda islámica, no se hagan ilusiones de que nosotros aflojaremos nuestra feroz enemistad por la religión de vuestro pueblo pues seguirá tan prohibida como antes. Ahi va ese pedazo de arena para la embajada de Uds."

    Llegaron los poderosos príncipes sauditas a inaugurar su templo. Allí estaban de la Rúa y Menem. Menem fué ovacionado, como hombre de la misma raza y como donante (y probablemente de la misma religión, pues a pesar de mis pequeñas lecturas no he podido determinar si realmente fué bautizado). De la Rúa, recibió una condecoración que vale u$s700.000 ("La Nación", 26/9/2000). Debería donarla a la Catedral de Buenos Aires para que sea fundida y convertida en un ostensorio para el Santísimo Sacramento. Nunca guardársela.

    Un dato curioso que agrava aún más la reprochabilidad de todos estos hechos escandalosos: si Ud. se fija en la tapa de "La Nación" del 26/9/2000 en que se da la noticia, hay una foto de exactamente 72 mahometanos rindiendo culto en la ceremonia de apertura del nuevo templo. Es de suponer que los imanes se habrán esmerado al máximo en convocar a su feligresía para tan solemne acto, en el que estarían presentes los príncipes y su comitiva. Y si sólo lograron llevar a 72 personas, eso demuestra que el número de mahometanos que esperaban un templo en Buenos Aires es ínfimo. Valga este pequeño indicio como rúbrica que certifica el impío disparate.

Lo más leído...

Característica carta de rechazo a "La Botella al Mar" y contestación en defensa de ésta

El odio mal disimulado al catolicismo aparee en la prensa llamada "libre"

Teatro en el Senado como en el teatro: todos fingen y el país se hunde