Teatro en el Senado como en el teatro: todos fingen y el país se hunde
Cosme Beccar Varela LBM #206 30/07/2001 La política mal entendida, es decir, la que se hace en nuestro país, es un teatro permanente. Los políticos son artistas que representan un papel. Todos representan todos los papeles según las circunstancias lo exijan, aunque algunos tengan más inclinación por los personajes bufos, como Ruckauf; o por los pantragüélicos, como Colombo; o por los truculentos, como Cavallo, etc. Eso no quiere decir que lo que ocurre en el teatro político sea un mero entretenimiento inofensivo. En ese tablado, todos nos jugamos la vida, la de nuestros hijos, parientes, amigos y conciudadanos. Detrás de cada escena hay una intención muy real y concreta, un objetivo que los comediantes, los empresarios y los "metteurs en scene" se proponen. Ese objetivo es siempre, matemáticamente siempre, una ventaja para la "troupe" teatral y nunca, matemáticamente nunca, un bien para los argentinos. Si el efecto buscado no se logra como ellos quieren, el libre