Alarmantes síntomas del afeminamiento de la política

Cosme Beccar Varela 
LBM #210 
03/08/2001 


Un funcionario del ABN-Amro Bank hizo un comentario hoy que me hizo dar cuenta, súbitamente, que la política argentina y sus practicantes con poder en todos los órdenes (incluyendo el empresarial y el periodístico) se ha afeminado.

Dijo el Sr. Porzecanski que "los mercados" habían sido "humillados en los últimos tiempos por el gobierno... (y esa) actitud constituye un error" dado que a "los mercados hay que mimarlos, consolarlos y acariciarlos" ("La Nación", 3/8/2001, pag. 8)

Es imposible no ver en estas observaciones una fuerte inclinación al afeminamiento analítico. El comentarista hubiera podido expresar una idea similar si hubiera dicho, por ejemplo: "El gobierno ha descuidado la atención de aquellos indicadores que preocupan a los mercados del exterior. Sin embargo, dada la cantidad de inversores que poseen títulos de la deuda argentina, es conveniente proceder con más cuidado para no alarmarlos".

Que al analista se la haya ocurrido presentar a los mercados (masculinos) como objeto de caricias de parte de un gobierno obviamente visualizado en femenino, no es casual.

En efecto, hace tiempo que aparecen diversos síntomas de afeminamiento de la política argentina.

El hecho más protuberantemente femineoide que se debe citar en primer lugar es aquella expresión del Sr. Di Tella, Canciller de Menem, quién manifestó su deseo de que los vínculos entre nuestro país y los EEUU fueran tan estrechos como una "relación carnal". No necesito explicar cual era el papel que en la imaginación procaz del Sr. Di Tella desempeñaría la (LA) Argentina en esa relación con los (LOS) EEUU.

Pido disculpas a los lectores por la crudeza de esta expresión, pero pertenece al Sr. Di Tella y a la Historia negra de la Argentina, capítulo "Década Infame Menemista". No puedo eludirla sin caer en gazmoñería.

El mismo día en que Porzecanski, como vocero de LOS mercados, lanzó sus propuestas deshonestas a LA gobierno (no EL gobierno), ocurre el extraño fenómeno de excitación femenina en torno de la visita del Sr. John Taylor, funcionario del Tesoro norteamericano. La totalidad de los diarios y del cotarro político-empresarial se agitó con rubores de novia al borde de la solteronía por la llegada del gran candidato, que puede ser la última oportunidad. Revuelo de manteles y humo de bizcochos, floreros perfumados, largas miradas en el espejo con ansiosas preguntas: "¿Estoy bien? ¿Le gustaré?". Y alguien que deshoja una margarita con la clásica y cabalística sucesión de suertes en cada uno de sus pétalos: "Me quiere mucho, poquito o nada".

Sin embargo, el Sr. Taylor no viene a proponer matrimonio, sino tan sólo a conocer a los padres de la novia para ver si le conviene la alianza. (Dicho sea de paso, cuando lo vea al viejo ogro de Alfonsin, que podría ser su suegro, es posible que el pobre Sr. Taylor huya despavorido).

En realidad, el Sr. Taylor cruzará por la Argentina con la velocidad del rayo. Podría decirse que más que una visita de novio, es una "pasadita" de festejante no declarado.

Según dice el diario, "llegará a Ezeiza alrededor de las 11 de la mañana...va a almorzar con Domingo Cavallo y todo su equipo (N: que son un rejunte de unos 2.500 tipos...)...a las 16 se va a entrevistar con el presidente del Banco Central...A las 17,30 marchará hasta la Casa de Gobierno y se reunirá con le presidente Fernando de la Rúa...también estará presente...Colombo...luego de la entrevista con el Presidente saldrá rumbo a Ezeiza donde tomará, poco después, un avión a EEUU. El gobierno espera que antes de partir dé un apoyo explícito a la política económica" ("Clarín", 3/8/2001, pag. 4)

Este programa de Taylor me hace acordar a un viejo dicho español. "Quien espárragos come, bebe cerveza y besa una vieja, ni come, ni bebe, ni besa". Podría decirse: "Quien almuerza con una multitud de comprometidos en el plan de ruina, visita a un bancario dócil y dialoga con un Presidente que no gobierna, ni almuerza, ni visita, ni dialoga". (N: Un "chivo" de mi parte: Más le valdría haber hablado por teléfono conmigo desde Washington...)

Pero sigamos con el análisis del afeminamiento de la política argentina.

Me han informado que el diario "Ambito Financiero" se vende mucho más los Lunes que el resto de los días. ¿Quiere saber por qué? Porque tiene una sección que se llama "Charlas en los quinchos" que consiste exclusivamente en chismes. Parloteo insubstacial, dimes y diretes, fiestas y festicholas, frivolidades y pantallazos de cómo se divierten los políticos y los empresarios y los periodistas y los modistos todos en dulce montón.

Es de señalar que ese diario está destinado a empresarios, banqueros, agentes de Bolsa y otros negociantes. Luego, son ellos quienes aprecian esa clase de literatura y son ellos los que redoblan sus compras del diario los días Lunes, para leer esa sección de chismes.

Ahora bien y con perdón del bello sexo, al que admiro, ¿cual de los dos géneros se carateriza por el placer de comadrear? De la obvia respuesta a esa pregunta se deduce que crece el afeminamiento en los sectores del poder económico argentino.

Algunos de los otros diarios empiezan a imitarlo, dedicando un buen espacio a los chismes. Por ejemplo, "La Nación", además de tener algunas secciones directamente de chismes ha adoptado una forma de dar las noticias que otorga primacía a las impresiones de varias señoritas muy inteligentes que se han enterado de algo y lo relatan juntamente con sus impresiones y detalles personales de los actores. Esto es muy interesante para conocer la "petite histoire" de los acontecimientos (muy ilustrativa) pero el sistema en sí, es muy femenino.

Sobre todo porque tiene primacía sobre el análisis lógico y causal de los hechos, o bien, la crónica impersonal y objetiva de lo sucedido, formas estas más varoniles y tradicionales de encarar las noticias.

La versatilidad es otra característica femenina. Fíjese cómo se designó a Lopez Murphy y pocos días después, por causa de un mohín de los fubistas adueñados de las Universidades, lo exoneran y ponen a Cavallo. Y los dirigentes de la UIA, no hace mucho dijeron cosas feroces (y veraces) sobre la situación nacional, hasta el punto de que la "tribuna de doctrina" tuvo un soponcio editorial. Un par de semanas más tarde, somos muy pocos los que nos acordamos de esa heroica declaración y entre estos no están sus autores que han pasado totalmente a otra cosa.

Gastar más de lo que uno les dá para la casa y endeudarse sin permiso, es otra característica femenina (no de todas las mujeres, ya lo sé). ¿Qué les parece la situación a que ha llegado el deficit del Estado por causa de un gastadero permanente que excede los recursos? Y ahora, pasando de un extremo al otro, se toma una resolución caprichosa e injusta (lo cual es característico de muy pocas mujeres) reduciendo jubilaciones y sueldos para equilibrar las cuentas.

Hay un tango o algo asi en que la "mina" le dice al taita: "Pegame negro que me gusta". ¿Y ese vicio malsano de tenerlo a Cavallo como ministro de economía permanentemente cuando, además de caprichoso, goza maltratando a todo el mundo sin que nadie le pida cuentas, no revela una tendencia de "tanguera" en los políticos argentinos?

Las mujeres son más miedosas que los hombres (no siempre). ¿Qué decir de ese terror al "default", a los mercados y a otras papurrachadas por el estilo que nos gobierna hasta extremos irracionales desde hace años, hasta el punto de que no se puede ni hablar del tema ni analizar otras hipótesis sin que nos interrumpan con femeninos grititos?

Es tal la situación que propongo que se dicte una ley haciendo obligatoria una cuota de por lo menos un 50% de virilidad en la política, de lo contrario, corremos el peligro de que nuestra gloriosa bandera azul y banca sea substituida por una bandera rosa con florcitas...

A las Sras. Bullrich y Carrió las aceptaría, independientemente de sus tendencias con las que no no estoy de acuerdo, como representantes de la virilidad.


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