El súper-capitalismo no es propiedad privada

Cosme Beccar Varela
LBM #105
28/2/2001


El archi-neo-capitalismo globalizador no me parece la receta para la prosperidad de los pueblos. Creo que eso está claro para quienes hayan tenido la paciencia de leer estas "Botellas".

    Esto no significa que admita, ni por un segundo, las mentiras socialistas, sus falsas promesas, su resentimiento, su desprecio por el Derecho, su igualitarismo impuesto por la fuerza, su tiranía política.

    Mi posición es la defensa de la ley natural, de la justicia, del sentido común y de las tradiciones de la civilización cristiana.

    En materia económica, de estos principios superiores se deduce la necesidad de que la economía se base en la propiedad privada, en la libre iniciativa y en el trabajo, sin estatismos opresores, pero también sin gigantismos privados que desvirtúan completamente la relación personal entre un ser humano concreto y una cosa, esencial para el concepto de propiedad privada.

    Las empresas multinacionales, con patrimonios y negocios faraónicos, no son propiedad privada: son otra cosa completamente distinta que hasta puede ser letal para la propiedad privada y para las personas.

    Son concentraciones de poder económico en manos de los grandes gerentes que de él disponen y que les da la posibilidad de enriquecerse en forma desproporcionada al valor de sus servicios. Pero no son propiamente "dueños" de tales empresas.

    Los accionistas, menos aún: o son otras mega-empresas -en cuyo caso estamos en lo mismo, con sus super-gerentes, etc.- o son individuos aislados que tienen minúsculas participaciones accionarias. En este último caso, esos individuos no son dueños de nada más que de un papel, no de la empresa, ni de ninguno de sus bienes.

    Estas mega-empresas se parecen más a pequeños países que a patrimonios privados y las personas que las dirigen se asemejan más a los políticos que gobiernan un país que a propietarios privados.

    O sea, en el fondo, las mega-empresas son patrimonios cuasi-estatales y no privados. Veáse, por ejemplo, que en las "privatizaciones" argentinas participan empresas de Estados extranjeros cuyo comportamiento en nada difiere de sus análogas "privadas".

    Esas mega-empresas no tienen nacionalidad, ni consideran el bienestar de los pueblos como un objetivo ni como un condicionamiento de sus negocios. Los economistas a su servicio se jactan de esto y dicen que "business are business", que las Compañías deben buscar el lucro y que no están para hacer beneficencia.

    En la Argentina, gracias a la política practicada durante la década infame menemista, casi todas las Compañías y Bancos argentinos fueron comprados por multinacionales extranjeras. Por supuesto, los nuevos dueños se llevan sus pingües ganancias al exterior y lo que invierten en las empresas compradas lo obtienen mediante préstamos financieros en dólares.

    A su vez, las empresas argentinas que quedaron (más o menos) en manos de locales, invierten fuera del país las ganancias que obtienen aquí. Por ejemplo, Perez Companc ("Clarín" 26/2/2001), que factura u$s2.260 millones por año, piensa invertir u$s600 millones anuales en la producción de petróleo, pero la mayor parte de esa inversión irá al Perú y a Venezuela.

    Esto todo es especialmente grave si se considera que la desocupación en la Argentina es enorme: un 15%. Y puede estimarse que hay un porcentaje aún mayor, no medido, porque hay muchas personas desocupadas que, abatidas por el desaliento, ya ni siquiera buscan trabajo.

    Además, el archi-neo-capitalismo ha impuesto la costumbre de empezar toda reducción de costos por los despidos del personal, por lo cual es de prever que la desocupación aumente a causa de nuevos despidos realizados por las empresas locales, al modo de sus casas matrices.

    De la Rúa se reunió con representantes del empresariado para incitarlos a invertir en el país y éstos se excusaron diciendo que la recesión había empobrecido a la gente diminuyendo la capacidad de consumo y por consiguiente las ventas de sus productos. Uno de ellos dijo: "Los empresarios estamos preocupados por la pobreza porque si hay pobreza no hay mercado" ("Ambito Financiero" 28/2/2001). øSólo por eso les preocupa la pobreza? Además se quejaron, "de la excesiva presión tributaria", en lo cual tienen razón.

    Anteriormente, la Coordinadora de Actividades Mercantiles (CAME) se había reunido con el Jefe de Gabinete para solicitar una rebaja del IVA del 21% (que es monstruoso y lo pagan los pobres) al 16% (que es semi-monstruoso) (AF 21/2/2001).

    El jefe de Gabinete recibió el pedido y no comentó absolutamente nada, siendo notorio que el gobierno no piensa reducir los pesados impuestos que afligen a la clase media y a la clase baja porque teme no recaudar lo suficiente para pagar los inmensos gastos (y malversaciones) de la burocracia estatal.

    Como vemos, el famoso "blindaje", que De la Rúa presentó como una especie de panacea universal, no ha sido más que un paliativo momentáneo para pagar los intereses de la deuda externa.

    Así las cosas, parece evidente que la teoría del archi-neo-capitalismo como motor de la economía, no funciona. Por lo menos no funciona como fuente de bienestar para los pueblos.

    Los cultores de esta teoría consideran que pueden extremar sus usos y abusos porque el comunismo soviético se declaró en bancarrota. A partir de ese dato pretenden deducir que el comunismo en general ha sido vencido y que ya no constituye un peligro.

    En primer lugar, las injusticias de este sistema mundial deben cesar no porque exista un peligro comunista, sino porque toda injusticia debe ser reparada, máxime cuando afecta a una inmensa cantidad de personas indefensas.

    Pero, en segundo lugar, no es cierto que el comunismo haya desaparecido, ni de Rusia ni de ninguna parte. Simplemente ha adoptado otra estrategia.

    En Rusia, la estrategia consiste en mantener los mismos dirigentes del comunismo al frente de una estructura política aparentemente democrática, con lo cual obtienen una triple ventaja: son mantenidos por el Fondo Monetario Internacional y el capitalismo occidental; conservan todo su poderío militar (bombas atómicas incluídas) y, por último, siguen constituyendo una base y un apoyo seguro para todos los movimientos de izquierda del mundo.

    En los paises de Hispanoamérica el comunismo sigue existiendo: en Cuba, como régimen imperante; en Colombia, como guerrillas de fuerte poderío y en todos los países del Continente, encastillado en los ambientes católicos, en los medios de difusión, en las universidades y en los partidos políticos simpatizantes de la izquierda que gobiernan en varios países, incluyendo la Argentina, Brasil, Chile y Venezuela.

    Acaba de producirse una demostración categórica del poder de esta izquierda. Me refiero al llamado Forum Social Mundial (FSM) realizado en Porto Alegre, Brasil, del 25 al 30 de Enero del 2001 como respuesta a la reunión realizada por el archi-neo-capitalismo durante esos mismos días en Davos, Suiza. Mañana me referiré a este Forum.

    Para terminar diré que el nuevo sistema mundial económico no sólo nos oprime y empobrece sino que, además, fomenta y prepara un nuevo triunfo de la izquierda a escala mundial desprestigiando el principio de propiedad privada, con lo cual saldremos de "guate-mala" para caer en "guate-peor".

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