"El comunismo ha muerto. Viva el comunismo"

Cosme Beccar Varela

LBM #148

3/5/2001



Hace unos 20 años el comunismo soviético resolvió, unilateralmente, extenderse a sí mismo un certificado de defunción. Hizo algo parecido a lo de aquel famoso film, "El tercer hombre", en que el criminal traficante de remedios adulterados, representado por Orson Wells, fingió que estaba muerto para engañar a la policía y que dejara de buscarlo. (He empezado a ocuparme de esto en el nro. 106, del 1/3/2001, en el artículo "Las metamorfosis del comunismo".)


A pesar de eso, sigue dominando abiertamente en la China, en Cuba, en Corea del Norte, en Vietnam y en otros países. Pero ha sido tal el éxito de la maniobra denominada "perestroika" o "glasnost", que aún con relación a esos países, la opinión en Occidente tiende a considerar a tales regímenes como comunistas-no-comunistas. Una contradicción absurda, pero así parecen creerlo.


Vea Ud., estimado lector, cómo fué recibido el presidente de China por de la Rúa; la cantidad de sonrisas que le prodigó; la promesa de no votar sanciones por las violaciones cometidas contra los derechos humanos; los convenios comerciales firmados y los aplausos con que festejó los tangos que cantó el chino usando la misma garganta con que condenó a muerte a tantos y ordenó encarcelar a miles de otros.


Fidel Castro es tratado por radicales, peronistas y partidos anexos (que son todos los otros) con simpatía. Para disimular su afinidad ideológica lo presentan como un viejo bonachón, un tanto caprichoso, aquejado por la manía de ser comunista y de tener miles de presos políticos, pero que no merece ser sancionado como violador de los derechos humanos.


Los Estados Unidos (que eran el baluarte del anticomunismo) está al borde de levantar el embargo económico contra Castro y casi toda su "intelligentzia" está ideológicamente más cerca de Castro y de la izquierda que dé una visión razonable y cristiana de la sociedad. Su interpretación de la Historia y su visión social, reflejadas en los productos de Hollywood, en la TV, en los diarios, en las revistas y en las novelas, es una exaltación de la lucha de clases, contraria a las tradiciones de la civilización cristiana y transgresora constante de la moral basada en los 10 Mandamientos.


Esta conformación mental de la "intelligentzia" es la consecuencia directa de lo que son las Universidades. A grandes rasgos, puede decirse que hay dos clases de Universidades en los países "del primer mundo" y de los demás mundos: las "institucionales" y las otras, que imitan a las primeras.



Pues bien, la enseñanza humanística que se imparte en las institucionales, que son las que marcan la época, está basada en la misma ideología que describí en el párrafo anterior. De ella salen los profesionales y hombres públicos más importantes imbuidos de esa ideología.


O sea, el comunismo pareció que moría, pero se instaló en la cabeza del "establishment" de los países que se cree vencedores.


La gente se confunde porque presencia el triunfo del mega-capitalismo más brutal en todo el mundo y considera que esto no hubiera ocurrido si el comunismo no hubiera desaparecido. El nuevo "mega-capitalismo" se ha "globalizado", lo cual equivale a decir, se ha tornado imperial.


La vieja idea del imperio mundial perseguida por los comunistas, por los nazis, por Napoleón, por Alejandro Magno, por los romanos, etc. en lo cual todos ellos fracasaron, ha sido realizada por un conjunto de millonarios discretos, pero implacables, que estableció su dominio en el mundo entero.


Como dije, la gente cree que ese triunfo es equivalente a la derrota del comunismo. Falso. Esos capitalistas quieren el dinero y lo tienen, pero sus cabezas y las de su clientela -que es el mundo entero- están imbuidas de las ideas que constituyen la última versión y la más refinada del comunismo.


Para distinguir esta nueva forma de la ideología comunista, del sistema de poder político soviético propongo llamarla "izquierda".


¿Cuales son las ideas centrales de la izquierda?


Sus notas esenciales son cuatro: 1) el ateísmo materialista; 2) la inmoralidad motorizada por el sexo libre; 3) el desprecio del Derecho (igualitarismo, tiranía, negación de la propiedad) y 4) el odio a las tradiciones de la civilización cristiana.


Todos sabemos que el comunismo se caracteriza por su materialismo dialéctico y ateo, por la negación de la propiedad privada, por la lucha de clases rumbo a un igualitarismo total, por la dictadura al servicio de la implantación de una sociedad igualitaria, por la negación de toda moral y de toda religión substituyéndolas por un pragmatismo revolucionario.


Consecuente con su materialismo dialéctico, interpreta la Historia y la vida social como un mero conflicto de intereses económicos en el que las nociones de Derecho, Justicia, espíritu, jerarquías y toda otra que suponga que el hombre tiene un alma espiritual e inmortal, según el comunismo, no son más que apariencias sugeridas por las clases superiores para mantener su dominio.


Ese pensamiento de "izquierda" se encuentra por todas partes y quienes participan de su mentalidad y postulados, tienen fácil acceso a los grandes medios de difusión, editoriales, universidades y gobiernos.


Los izquierdistas podrían decirnos, parafraseando lo que un apologista cristiano de los primeros siglos de la Iglesia les decía a los romanos:


"Creísteis que nos habíais vencido cuando cayó el muro de Berlín y se derrumbó el soviet. Pero mirad a vuestro alrededor y veréis que estamos en todas partes. Nuestras ideas son las únicas admitidas; quienes las combaten son parias expulsados de todos los ambientes públicos; nuestras expresiones son adoptadas por la opinión pública como principios indiscutibles; estamos en todos los partidos y en todos los gobiernos; la educación está en nuestras manos; los medios de difusión que leéis todas las mañanas o que penetran en vuestras casas por medio de las ondas de radio o de TV, son criaturas nuestras; vosotros creéis que respetamos vuestras ideas espirituales y religiosas, pero os equivocáis: ¿no veis cómo nos burlamos de ellas y provocamos su desprecio, caricaturizándolas para su público escarnio? Vosotros creéis que tenéis autoridad sobre vuestros hijos y que podéis formarlos a vuestra imagen y semejanza, pero nosotros somos sus verdaderos dueños: desde niños les infundimos nuestra mentalidad y les indicamos las metas que se deben proponer. Hemos logrado que a ellos les causa hastío la moral que vosotros les predicáis y que deseen imitar nuestro libertinaje. Vosotros y vuestros hijos, son nuestros, porque vuestra mentalidad es nuestra. Somos una muchedumbre, un ejército de ocupación discreto. Cada uno de vosotros es una minoría aislada, aunque todos vosotros sumados seáis más que nosotros porque vosotros sois estúpidos juguetes en nuestras hábiles manos. ¿Creéis que el triunfo del mega-capitalismo nos perjudica? Falso: nos ayuda enormemente, porque ese sistema es portador de nuestra mentalidad materialista e inmoral: no es un triunfo de la propiedad privada ni de la libre iniciativa, sino su más efectiva destrucción."


Sería bueno que nos diéramos cuenta de que esto es así y empezaremos a defendernos.

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