El "casamiento" del Conde Pontificio

Cosme Beccar Varela 
LBM #163 
28/5/2001 


El tema es de poca categoría si se lo toma como curiosidad social. No mancillaría esta "Botella" con semejante zambullida hacia las profundidades del mal gusto y de la chabacanería, tratándolo desde ese punto de vista. Me refiero al "casamiento" de Menem con la animadora chilena de televisión, Cecilia Bolocco.

El asunto, sin embargo, atrajo la atención de una gran cantidad de argentinos, especialmente de las clases más "cultas" y no sólo de las mujeres que, ya se sabe, están más atentas a los asuntos sociales. (Aunque, debo decir, que los hombres, a medida que dejan de cumplir con sus deberes varoniles, se muestran cada vez más ávidos de conocer detalles de esos asuntos, lo cual explica el éxito de revistas carentes de inteligencia como "Caras", "Gente" y otras por el estilo).

En la medida en que esto es así creo que debo hacer algunas apostillas a la frondosa crónica del hecho.

Durante 10 años Menem dispuso del país como si fuera de su propiedad. De hecho existen fundadas razones para sospechar que, efectivamente, grandes porciones de su riqueza quedaron a disposición del sirio-riojano.

No es el dudoso asunto de las armas el que interesa develar. Como el tero, que grita en un lugar equivocado para apartar al intruso de su nido, éste caso distrae de otros mucho más importantes pero en los que, probablemente, hay secuaces de mayor peso.

Durante esa década el país sufrió un verdadero "lavado de cerebro" por el cual muchos argentinos cambiaron sus criterios morales. Aceptaron la idea de que la deshonestidad, la injusticia, la mentira y el surgimiento de una nueva clase de archi-millonarios de dudoso origen y nefasta influencia, se justificaban si el país se modernizaba. Las objeciones obvias a esa premisa, no sólo morales sino fácticas, eran descartadas con fastidio.

Esa premisa insertada en la cabeza de la gente le permitió a Menem y su "equipo" tirar por la borda la Constitución Nacional para ser reelecto.

Al poco tiempo de dejar la presidencia, cuando algunos se sus ex-compinches se postulaban para suceder a De La Rúa y la estrella del ex-jefe parecía opacarse, aparece con una jugada sorprendente: Cecilia Bolocco.

Con esto saltó a la notoriedad nuevamente. Los peronistas -y no sólo ellos-, que a pesar de su igualitarismo militante son un poco monárquicos (en el mal sentido de la palabra) se quedaron fascinados con esta especie de hada que llegó de los Andes. Menem se prestigió por su aparente éxito como galán y hasta pareció rejuvenecerse, como un reflejo de la juventud de la mujer.

Se presentaban como "novios", pero el comportamiento de ambos no era muy claro. Ella aparecía de vez en cuando, se mostraba con él en público y después desaparecía por largas temporadas. Ella hacía declaraciones de admiración por él pero él nunca ví que la elogiara.

Hasta último momento hubo dudas sobre el "casamiento", sin embargo, ambos declaraban enfáticamente que tenían la firme intención de celebrarlo.

A mí me parecía sorprendente que una mujer tan vistosa y tan joven, con una carrera triunfal en pleno curso, se hubiera "enamorado" de un señor tan viejo, tan feo, de tan dudosa reputación y tan bajito (ella le lleva media cabeza). Como ambos son profesionales en lo suyo, no los veía como arrebatables por una pasión.

Ella es artista, animadora de TV y él es político profesional y, por ende, también artista; de manera que no les sería imposible representar un papel, fingiendo una situación de "noviazgo" que no es real. La razón de Menem para hacerlo, es obvia: como digo más arriba, aumentó su notoriedad y podía reavivar sus "chances" electorales.

¿Por qué lo haría ella? Dejo la respuesta en suspenso, pero no puedo adjudicarle tanto mal gusto como para estar realmente enamorada de Menem.

En todo caso, creo que hay un contrato entre los dos y que las cláusulas deben cubrir a la chilena contra cualquier riesgo de pasar el resto de sus días en cualquier situación que no sea de lujo. Algunas salvedades excluirían también toda hipótesis desagradable en una relación que para el público debe aparecer como íntima. Como contrapartida, Menem se aseguraría una compañía decorativa para realzar su imagen política.

No tengo ninguna información que no esté en los diarios, de manera que no estoy revelando ningún secreto. Son conjeturas fundadas en las noticias que son públicas. Y como son sólo conjeturas, estoy dispuesto a reconocer mi error si tuviera datos que las desvirtúen.

Mientras duró está situación indefinida la frivolidad general favoreció a Menem con una especie de prestigio prestado por su joven compañera. Pero el sábado 26 de Mayo se realizó en la Rioja una representación pública mal calificada como "casamiento" que rompió el encanto publicitario del que Menem hasta ese momento se había beneficiado.

En aquel momento Menem dió una prueba más de su total amoralidad y de su falta de tino.

Según el diario "Bolocco y Menem se sentaron frente al titular del Registro Civil... Una mesa con velas encendidas era el único adorno" ("La Nación" 27/5/2001, pag. 6).

El funcionario les preguntó si querían casarse y ante la respuesta afirmativa de ambos dió por concluida la ceremonia.

Esta ridiculez no resiste el menor análisis de cualquier persona seria. Eso no es un casamiento. Es un trámite civil y probablemente nulo, porque ella fué presentada como soltera cuando aparentemente es casada con un señor llamado Young.

Y Menem es casado por la ley mahometana, casamiento que entre seguidores del Islam, es válido (con la sola excepción del "privilegio paulino"). Como creo que Menem no era bautizado en la fecha de su casamiento, realmente está casado con Zulema Yoma. Sólo si invoca la ley de divorcio absoluto alfonsinista podría considerarse habilitado para nuevas "nupcias", pero no frente a la Iglesia.

Una vez más Menem es responsable de un escándalo que perjudica moralmente a todo el país. Los argentinos son católicos en su inmensa mayoría y deberían saber que el único casamiento válido es el que se contrae conforme a la ley de Dios, que no puede ser substituida por la ley del Registro Civil.

Cecilia Bolocco probablemente sea católica pues pertenece a una familia italiana y Menem probablemente no, pero él dice que sí y en esta afirmación de catolicismo basa uno de sus argumentos electorales más importantes. Luego el casamiento puramente civil es inválido a los ojos de Dios y de las conciencias rectas.

Sin embargo, ningún diario de los que leí menciona este hecho fundamental y estoy seguro que la televisión y la radio, tampoco.

Al presentarse un ex-Presidente que se dice católico "casándose" de ese modo totalmente laico, muchos argentinos pueden impresionarse y pensar que eso está bien. Asi se induce al pueblo a creer que el casamiento puramente civil es válido y se deforman sus criterios morales.

Para peor, Menem es conde pontificio, designación ésta que le consiguió indebidamente su amigo Caselli en el Vaticano. Es escandaloso que este título, uno de los más importante que concede la Santa Sede, sea ostentado por un personaje como Menem.

Es urgente que el Sr. Nuncio recomiende su cancelación. Es la única manera de corregir en algo la vergonzosa situación en que ha quedado el fallido "ennoblecimiento" de lo "inennoblecible".

Todo el episodio es lamentable y demuestra cuán bajo hemos caído.

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