Síntomas de la disolución del país

Cosme Beccar Varela
LBM #159
21/5/2001



Un terrón de azucar, puesto en el agua, se disuelve en pocos segundos.

Un material más resistente, por ejemplo, un tronco de árbol, tarda bastante más. Pero, inmerso en un líquido disolvente, acaba por deshacerse. Primero, se divide en varios pedazos blandos; luego, se fracciona en trozos aún más pequeños y por fin se pulveriza y desaparece.

Por analogía, puede decirse que un país se disuelve cuando en su seno ocurren una serie de fenómenos que culminan en la desaparición de ese país como unidad orgánica, activa y con capacidad de durar de generación en generación.

El proceso es más o menos el siguiente:

1) Se aflojan los vínculos que unen a los integrantes de la sociedad entre sí en una empresa común. Este aflojamiento se da desde el primer momento del proceso, pero se va intensificando a medida que avanza el proceso de disolución, hasta culminar con la pérdida de toda vocación de convivencia.

2) Los Obispos dejan de guiar a los fieles (que son cada vez menos) y en vez de enseñar la fé como un todo orgánico, dan partículas inconexas de doctrina que no sirven para entender el mundo ni la vida y que confunden en lugar de formar la inteligencia.

3) Las autoridades del país dejan de cumplir con sus deberes de proveer al bien común y se dedican, en una especie de "autismo", a pensar sólo en su propia perduración.

4) La producción de bienes y la prestación de servicios indispensables se va deteniendo, con la consiguiente insatisfacción de las necesidades materiales del hombre perdiéndose una de las razones por las cuales existe la sociedad, que es la división del trabajo, y muchas personas aptas no encuentran quién les dé ocupación.

5) Los poderosos, que comandan grandes recursos, dejan de considerar de su interés atender al público y usan todo su poder para incrementar su fortuna rápidamente y a cualquier precio, cerrándose sobre sí mismos.

6) Las clases más pobres se van sintiendo cada vez más abandonadas e impotentes y empiezan a perder respeto por el orden y por los superiores. El egoísmo y la sensualidad ganan rápidamente terreno en la psicología de esas clases.

7) Proliferan los "fuera de la ley". Cada vez hay más delitos y más violencia.

8) El mundo deja de respetar la identidad y unidad del país y pasan a considerarlo como “res derelicta" y "res nullius", de la que cualquiera puede apoderarse.

9) Cada vez son más activos los grupos que prefieren destruir el orden establecido antes que mejorar dentro de ese orden.

10) Los jóvenes no ven futuro y se van.

* * *

Hecha esta descripción (que no pretende ser exhaustiva), podemos preguntarnos si la Argentina se encuentra en ese proceso y en qué grado de avance.

Me limitaré a reunir diversos síntomas observables en estos días, de cuya mera presentación surge la evidencia de un avanzado estado de descomposición.

a) En la semana pasada dos policías fueron asesinados a quemarropa por cinco ladrones que asaltaban una colchonería. No era un Banco, era una colchonería pero por la magra caja de ese comercio, no tuvieron inconveniente en fusilar con varios tiros en la cabeza a dos guardianes del orden. Ya son 21 los agentes de la Policía Federal asesinados en lo que va del año 2001. Asaltos a mano armada hay todos los días por centenas. Sólo se denuncian algunos.

b) Los cortes de rutas, calles y caminos continúan en varios lugares del país y en la ciudad de Buenos Aires. El gobierno negocia casi de igual a igual con un gupo de "piqueteros" que tiene cortada la ruta 3 desde hace 14 días. Sin embargo, el art. 194 del Código Penal, sanciona con pena de tres meses a dos años de prisión al que "sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra...". La falta de autoridad, la falta de convicción en la defensa del Derecho por parte del gobierno, omitiendo su deber de hacer respetar la ley, deja librados a los transeúntes a estos y a futuros actos de violencia.

El gobierno de Misiones protestó a causa de la tolerancia demostrada por la Gendarmería ante los cortes de rutas por piqueteros y ordenó a la policía de la Provincia despejar las rutas. En Río Negro, en cambio, el gobernador pacta con los piqueteros.

Ruckauf, queriendo llevar agua para su pequeño molino de pequeño político, dijo: "Hay estallido social", apoyando indirectamente las demostraciones de fuerza, olvidándose que apoyó la designación de Cavallo (uno de los principales causantes de esta situación) como Ministro de Economía. Mientras tanto, él deja su provincia en el abandono más completo para dedicarse a su campaña para Presidente (de cuyo éxito, Dios nos libre).

c) De la Rúa, que es el responsable máximo del bien común argentino y cuya total inoperancia es una de las mayores causas del mal común de nuestra Patria, desafía todas las evidencias cuando declara: "No hay riesgos políticos en el horizonte" y no quiere que se diga que "la situación política argentina 'es compleja y grave, porque no es así y la realidad lo demuestra cabalmente'" ("Clarin", 21/5/2001, pag. 5). ¿Qué horizonte y qué "realidad" estará viendo De la Rúa?

d) Siguen adelante las negociaciones para el "megacanje" de u$s29.000.000.000 con una comisión de u$s145.000.000 para los banqueros (?) ignorando todas las razones que hay para que ese ruinoso negocio no se haga. No se sabe qué tasa de interés se pagará y ya hoy los diarios informan que no resuelve el problema de la recesión, en opinión de expertos de EEUU y Europa (ver “Clarin", 21/5/2001, pag. 15; "Ambito Financiero", 21/5/2001, tapa y pag. 8).

e) El 53% de los niños, o sea 6.000.000 de ellos, viven en la pobreza, es decir, sus padres ganan menos de 480 pesos por mes, lo cual incluye a la gran masa de desocupados que llega a los 3.000.000 de personas en capacidad laboral.

f) Si bien la reforma política proyectada por el gobierno no sirve para resolver el problema de la clase de los "zánganos" que nos "gobierna", como ya he dicho varias veces y reitero en la Carta Abierta al Presidente" (ver "La botella al mar" Nro. 156, del 16/5/2001), el hecho de que el Senado no haya dado quorum para tratarla en su única sesión de la semana, el miércoles 16/5/2001, demuestra descarnadamente la voluntad de los políticos de no reformar nada y seguir usufructuando de una situación a todas luces perjudicial para el país.

g) En el año 2000 desaparecieron 12.000 empleos, 20 empresas autopartistas y 100 concesionarias de automóviles. Renault suspendió 3000 obreros y cerró la fábrica por 6 semanas. (“Clarin”, 17/5/2001, pags. 12 y 13). Firestone, después de fabricar buenos neumáticos argentinos desde 1931, se vá del país por falta de seguridad jurídica y por la competencia desleal de las gomas importadas al amparo de una suicida política de apertura indiscriminada de fronteras. Esto ha causado la ruina de casi toda la industria nacional.

h) El dueño de Aerolíneas, el Estado español, no paga los sueldos de Abril, no presta el servicio de vuelos y no tiene intención de resolver nada sino de ganar tiempo y llevar a la Compañía a la quiebra. El gobierno no sabe qué hacer y De la Rúa sólo llama a Aznar para pedirle clemencia (“Clarin", 21/5/2001, pag. 19).

i) Un caso típico de la injusticia que sufre la clase de los jubilados es el del señor Francisco Román García que escribe a "La Nación" relatando que inició su trámite de cobro de reajuste de haberes en 1988, tiene sentencia favorable de la Corte Suprema, pero no cobra y ya carga 85 años (“La Nación", 21/5/2001, pag. 16).

j) El 72% de las escuelas de la Ciudad de Buyenos Aires, que son 688 en total, amenazan ruina, con peligro de la integridad física de los alumnos ("La Nación", 21/5/2001,pag. 16).

k) Telefónica Argentina ganó u$s380.000.000 en el primer trimestre del año 2001, o sea, un 25% más que en el mismo período del año pasado. Y Repsol-YPF ganó u$s523.000.000 en igual lapso ("Ambito Financiero", 17/5/2001). Estas empresas han ganado varias veces, en poco tiempo, lo que sus compradores pagaron cuando las privatizaron. El Estado se quedó con la deuda y cedió el negocio puro y los bienes.

Si todo esto no so síntomas de la disolución argentina, no sé de qué son indicio. Ciertamente, no lo son de una creciente felicidad ni del engrandecimiento del país.

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