El "Megacanje" sólo favorece a Cavallo y a los banqueros
Esto ya es la depredación a mansalva. Es el saqueo de un país inmovilizado y que no se puede defender.
Sufre el asalto de los piratas de tierra que se arrojan sobre el barco encallado, engañosamente dirigido contra las rocas por la luz mentirosa de un faro falso colocado por los mismos piratas en un lugar errado, después de apagar el verdadero.
La deuda es pesada, pero no toda auténtica ni pagadera (ver Botella Nro. 110 y 111) y obligaba a administrar bien la pobreza, arriesgando, por amor a la Patria, el desprestigio inmediato de una política a contra pelo de los intereses financieros.
Pero se prefirió huir del sacrificio político y seguir la ley del menor esfuerzo, como hacen los cobardes y los administradores infieles.
El coro de los economistas asalariados, cantó loas al "megacanje" cuyas notas esenciales son estas:
1) Se intenta evitar los vencimientos acumulados en los próximos 18 meses por u$s 7.820.000.000 (que es apenas un 19% de los vencimientos que ocurrirán en ese lapso, según informa "La Nación" el 5/6/01 pag. 1 sección económica). Y hasta el 2005, los vencimientos prorrogados por este medio, son de u$s16.039.000.000 (ver "Clarin", 4/6/2001, pag.3).
2) Para obtener esa ventaja política inmediata se renegocia la deuda a vencer en los próximos 7 años (más una porción con vencimientos posteriores) canjeándola por nuevos Bonos por un total de u$s 30.000.000.000 con vencimientos hasta el año 2031, sin vencimiento de intereses por 2 años.
3) Cavallo contrató al Mr. Mulford y otros para gestionar este "megacanje" comprometiendo al país a pagarle una comisión del 0,55% del monto que resulte, lo cual siginificó para dichos señores una comisión de u$s 165.000.000, "ganados" en 30 minutos, según él mismo lo reconoció (ver número 157 del 17/5/01 de "La Botella al mar").
4) A pesar de que Mulford es norteamericano y que la altísima comisión comprometida hacia pensar en un canje financiado por préstamos de Bancos extranjeros que no secaran las fuentes de financiación local, la mayoría de los fondos del "megacanje" proviene de la Argentina.
Bancos ubicados en el país, que se nutren con el ahorro nacional y las AFJP, a la cuales confían los argentinos sus ahorros para su retiro, tomaron el 82% de la operación, o sea, u$s24.600.000.000. No lo hicieron con entera libertad, sino "medio obligados" por el gobierno y sin poder discutir la tasa de descuento, según informó Marx (ver "Clarin", 4/6/2001,pag. 3).
Los extranjeros sólo aceptaron colocar u$s8.000.000.000 en la aventura, de los cuales, por diferencia, cabe concluir que u$s2.400.000.000 fueron tomados por Bancos extranjeros con sucursales en el país y, por lo tanto, sometidos a las imposiciones de Cavallo y nutridos por el ahorro nacional.
5) El interés que deberemos pagar por esta refinanciación es más alto que el pagabamos según los papeles anteriores de la deuda. Es un 15,29% anual, lo cual es ruinoso, si se piensa que la famosa tasa testigo de Greenspan es del 5% anual.
6) Esta tasa es consecuencia de otra humillación: de los u$s30.000.000.000 del "magacanje" los prestamistas sólo desembolsan aproximadamente u$s21.000.000.000. El 30% restante es la tasa de descuento. El país firma por 30 y recibe 21...
7) En realidad, no se recibe nada: sólo Bonos viejos, con vencimientos más próximos, a cambio de Bonos nuevos con vencimientos posteriores. O sea, no aumentó la solvencia del país; sigue sin haber plata. Sólo se alivió la iliquidez del Estado frente a sus deudores.
8) Como consecuencia de esto, la deuda argentina por capital aumentó en u$s2.255.000.000, sin contar el aumento de los intereses.
Los economistas del "establishment" con rara unanimidad, elogian esta operación leonina en el que nuestro país no es precisamente el león sino el bocado de la fiera entregado por Cavallo.
Excepto el Sr. José Luis Espert, columnista de "Ámbito Financiero" que dice:
"Es una locura total: el megacanje con tasas del 16% es un disparate. Me parece lamentable que ningún funcionario del gobierno, incluyendo a Cavallo, piense en el país y sólo intente mejorar el resultado electoral de De la Rúa. La Argentina con el crecimiento potencial que tiene, dado su problema de precios relativos y de capital humano, no puede crecer a tasas sostenibles más allá del 3%. por lo tanto, no puede pagar tasas de interés reales superiores a 3% y, en este canje, la tasa real de largo plazo la están fijando en 4 veces a la de crecimiento potencial de la Argentina." (AF, 4/6/2001, pag. 8)
Los que están a favor del "megacanje" dicen que no había otra salida, que era eso o la cesación de pagos y que estando al borde ella, cualquier tasa es barata.
Este argumento es vergonzoso y falso, porque se admite que el país está en quiebra y, sin embargo, se elude proceder como en cualquier situación de pre-quiebra, que exige no dilapidar los bienes del quebrado.
Además, deben analizarse cuidadosamente los créditos de los supuestos acredores para ver si son de legítimo abono y, sobre todo, deben pagarse primero las deudas con privilegio.
¿Qué mayor privilegio que el del pueblo argentino que sufre las consecuencias del irresponsable endeudamiento que venimos sufriendo desde 1976 y antes?
Reitero lo que dije en los nros. 110 y 111 sobre la deuda externa. Debe revisarse la deuda externa y negociarse el pago de la que sea legítima privilegiando la necesidad de movilizar la economía argentina para dar trabajo a los millones de desocupados que hay en el país. Esa necesidad es de caracter alimentario y de subsistencia nacional; luego prevalece sobre el crédito financiero.
Es claro que esta clase de planteos no los puede hacer un Cavallo y el Presidente no ha dado señal alguna de que tenga autoridad ni imaginación para ello.
Que no se diga que esto equivaldría a una cesación de pagos porque a esa objeción yo preguntaría: ¿qué es este "megacanje" sino una espera de trámite concursal o de quiebra, con el agravante de que no hay quita sino recargo de deuda?
Por otra parte, ¿quién es más responsable que Cavallo, autor de la deuda en las tres oportunidades en que ésta se incrementó más: a) durante el gobierno militar, cuando él era Asesor ecomómico y Presidente del Banco Central; b) durante el gobierno de Menem, en que era todopoderoso dueño de la economía y c) ahora, en que acaba de cometer este nuevo despropósito?
¿Quien ganó con este absurdo? Ciertamente el país no ganó: sólo hay ventaja política para Cavallo (¿sólo política?), porque si sale mal -como es previsible que salga- Cavallo se irá, dando un portazo con cualquier excusa, echándole la culpa a De la Rúa por su lentitud, por sus pruritos, por lo que sea, y en el 2003, De la Rúa será ya un muerto político, si es que no lo es antes. Eso, cree Cavallo, dejará despejada para él la ruta hacia la presidencia.
Los argentinos tenemos mala memoria. Espero, sin embargo, que no nos olvidemos de este día aciago y de todas las mentiras que están diciendo sobre esta operación ruinosa que nos quieren presentar como brillante.