Noticias de la colonia

Cosme Beccar Varela 
LBM #228 
10/9/2001




Injusto, falso, humillante, vergonzoso y descaradamente interesado. Estas cinco calificaciones son las primeras que se me ocurren cuando leo en el "Clarín" de hoy (5/9/2001, pag. 3) una noticia según la cual, el consejero económico de la Embajada de los EEUU, Sr. James Martin Wilson, interpeló a alguien importante en el Ministerio del Interior. Le dijo que "los DNI argentinos no generan confianza en los Estados Unidos y hay que digitalizarlos".

"Wilson le habría contado a su interlocutor oficial que existen varias empresas estadounidenses interesadas en hacerse cargo del trabajo, un negocio de 80 millones de dólares anuales."

Al mismo tiempo, el ex-embajador norteamericano en la Argentina, James Cheek, hace gestiones intensas para que se entregue ese negocio a sus clientes, una firma de su país y la local Ciccone Calcográfica, que, al menos en parte, pertenece a capitales norteamericanos.

Inclusive, reforzado por la actuación de Wilson, se atrevió a presentarse en la Presidencia y en los Ministerios del Interior y de Trabajo, para "amenazar" que si no se "digitalizan los DNI, EEUU volverá a pedir visa a los argentinos para viajar a ese país (ver pag. 3 in fine y 4, del diario citado).

Es de señalar que hace unos cuatro meses, el gobierno De la Rúa rescindió unilateralmente el contrato firmado con Siemens (empresa alemana) para elaborar los DNI, declarando que el trabajo lo asumiría el Estado. Y todavía no se sabe cuánto le costará al país esta jugadita de los irresponsables que la tomaron.

El contrato con Siemens había sido firmado en tiempos de Menem (¿¡?). Es muy probable que la Argentina deba indemnizar a Siemens por esta rescisión unilateral anticipada y que la indemnización ascienda a varios millones de dólares. Asi tiran la plata estos "gobernantes" que se jactan de ir al deficit cero, a costa de los jubilados, empleados, proveedores, hospitales, servicios públicos, et altera infirma.

¿Habrá sido esta rescisión fruto de las presiones ejercidas por la Embajada de EEUU, a través del Sr. Wilson?

El lector habrá percibido que Wilson y Cheek actúan frente al gobierno local con la seguridad de quien se sabe dominante. La voz de ellos es "his master's voice" para los flexibles políticos de la Alianza. Todos los despachos se les abren. El mismo Mestre, a pesar de la cara "feroce" que pone en todas las fotos (la misma que provocó tres suicidios de magistrados durante su durísima intervención en Corrientes), sería plastilina moldeable a piacere por las manos de estos señores.

El diario dice que se trata de un negocio de 80 millones de dólares por año. Ya sería bastante, pero creo que es mucho más. Basta hacer una cuenta: si hay que "digitalizar" todos los documentos de los argentinos y los argentinos somos 35.000.000, por ejemplo, con una utilidad de $10 por cabeza, tendríamos un lucro total de $350.000.000, más la que se obtenga de los documentos que deban emitirse cada año a las nuevas generaciones.

Son los famosos negocios masivos, monopólicos y con "clientela" atada, dulce "papa" a la cual aspiran incesantemente, de la mano de los gobiernos complacientes, los "liberales" empresarios de todo el mundo, en nombre de la "libre competencia", de la "ley del mercado" y de otros estereotipos falaces acuñados por ellos mismos entre sonrisas cómplices y burlonas.

El argumento decisivo para arrastrarnos a conceder estos regalos y a afrontar estas pérdidas, es que nuestros documentos "no generan confianza en Estados Unidos".

Es el colmo del desparpajo. Primero, porque en EEUU no hay documentos personales y nunca los hubo, excepto el pasaporte y el carnet de conductor de automóviles, ya que los tribunales de ellos interpretan que el exigirlos es contrario a la libertad de los ciudadanos y segundo, porque frente a los EEUU nuestro documento habilitante es el pasaporte y éste se hace con todos los "chiches" de la digitalización exigida por los EEUU.

Dicho sea entre paréntesis, la misma Ciccone Calcográfica que quiere este nuevo negocio y que pone a Cheek a conseguirlo, ya tiene el de los pasaportes y, como hemos visto en estos días, se niega a emitirlos por razones de pesos.

O sea, no le interesan las principios que rigen la prestación de un servicio público que le obligan a prestarlo siempre. Si tiene reclamos, debe recurrir a los Tribunales y no a las vías de hecho, como lo hace ahora.

¿Qué diferencia hay entre Ciccone y los piqueteros? La única diferencia es que Ciccone es peor porque impide el ejercicio de una libertad constitucional, que es la de entrar y salir del país, más importante que la de ir de un lugar a otro por una determinada ruta, lo que ya es intolerable.

¿Cómo se atreve esta gente a presentarse en la Presidencia y en dos Ministerios a exigir un negocio semejante al que no cumple? ¿Cómo puede ser que sea recibida?

Lo que está ocurriendo es un indicio más de la pérdida de nuestra independencia política frente a los EEUU o, mejor dicho, frente a los grandes grupos empresarios que tienen al mundo entero como su coto de caza.

Dígame, querido lector, si la pretensión no es injusta y si el episodio no es humillante y vergonzoso. Como casi todo lo que está ocurriendo en la Argentina despojada en que vivimos.


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