Terminó una semana que tal vez sea histórica

Cosme Beccar Varela 
LBM #191 
6/7/2001



Terminó una semana que tal vez sea histórica, no como son todas las semanas del tiempo, sino porque han quedado insinuados varios comienzos que pueden desarrollarse hasta convertirse en acontecimientos o pueden variar y abortarse o ser abortados.

Ninguno de esos comienzos ofrece esperanzas. Podría ahorrarle, estimado lector, un análisis desesperanzador, pero como decía un santo, creo que San Pio X, es de hombres sabios hablar de las cosas que pueden ir mal, para prevenirlas. Los eternos optimistas son como aquel personaje de Divito, Bombolo, el hombre que no tuvo infancia y por eso fué siempre infantil.

Me remito al comentario que hice, en la Sección de los Lectores, al magnífico artículo de José María Rosa sobre el producto bruto interno y cómo su medición fué abultada y falsificada por Cavallo en 1991 para presumir resultados irreales y engañar a los argentinos y al mundo. Lo terminaba diciendo:

"Hay un nefasto proyecto en curso de ejecución por el cual Cavallo sería nombrado Jefe de Gabinete, De la Rúa sería "puesto en la heladera" para que no se eche a perder y dure hasta el 2003, que Cavallo gobierne con la suma del poder público, que lo use para propiciar su candidatura presidencial en ese año, sea electo y lo tengamos por 8 años. Al cabo de ellos, lo que todavía nos queda de nuestra Patria habrá desaparecido bajo una ola de atropellos y persecuciones y tendremos nuevos amos: quienes hoy apoyan este plan y salvan a Cavallo de todos sus errores y fracasos.

"Todavía estamos a tiempo de impedirlo, sobre todo, el Presidente De la Rúa."

¿Existe ese plan? ¿Se cumplirá? Quién sabe. La mera posibilidad remota de que eso ocurra, es suficiente para alertar al Presidente y a la opinión pública. Si no lo hiciera, merecería que el irascible ministro me acusara de "traidor a la Patria"...

Este fin de semana largo es el tiempo preferido para las sorpresas desde el poder. Según las noticias de hoy, entre ellas, estaría un proyecto de ley o un "decreto de necesidad y urgencia" que se denominaría con el equívoco nombre de "ley de crédito público" pero que instrumentaría la constitución de una hipoteca sobre toda la recaudación fiscal nacional a favor de los acreedores de la deuda externa ("Clarin", 6/7/2001, pag. 17).

Esta sería la forma más contundente de privilegiar a los Bancos acreedores (que no me vengan con el cuento de que los acreedores reales son las viejitas ahorristas de Minesotta) y de desmentir al economista del BID que Cavallo quiere "echar a patadas": la Argentina pagará la deuda externa o morirán todos los argentinos en la empresa, empezando por los más pobres.

De la Rúa aparece en la tapa del "Clarin" en una foto tomada durante su viaje de ayer a Córdoba. Es clarísimo que el Presidente está sumamente débil y cansado. Su mirada perdida en el espacio, refleja casi desesperación. A su lado, De la Sota y otro personaje ignoto, despliegan sonrisas desproporcionadas y dan la espalda al primer mandatario, como si no existiera.

Esa fotografía es más expresiva que mil palabras. Y lo que expresa es sumamente alarmante. No creo que alguien pueda dejar de sentir congoja por el Presidente y por el país ante lo que esa imagen refleja. ¿Ha sido el Presidente depuesto de hecho por la "dirigencia" que Duhalde calificó con palabras irreproducibles? Si fuera así, sería trágico.

Pido a De la Rúa que reaccione, que tome las riendas que ya dan por caídas de sus manos y cumpla con su deber de salvarnos de las catástrofes que nos amenazan. He señalado ayer dos medidas que son indispensables: renovar la clase política y parar la maniobra de Cavallo. Insisto en lo mismo y que Dios nos ayude.

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