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Ante la patética incapacidad de la actual "dirigencia", Asamblea para pensar la patria futura y suscitar nuevos dirigentes

Cosme Beccar Varela  LBM #173 11/6/2001 Lo invito a pensar qué se puede hacer para que la Argentina esté bien gobernada y se resuelvan los varios problemas que tenemos, muchos de ellos, de vida o muerte para millones de compatriotas.   Supongamos que se declara a todos los argentinos "en estado de Asamblea", dando por perdida cualquier esperanza de que esta "dirigencia" (oficialismo u oposición, ambas en todas sus variantes) pueda corregir sus defectos insanables.   No se trataría de deliberar para proponer cosas a esta "dirigencia" sino de prescindir de ella. Ha quedado probado hasta la saciedad que no sirve más que para enredar, engañar, dañar y quedarse con partes importantes de nuestros recursos. Puede ser que haya excepciones, pero no las conozco.   Esa Asamblea debería proceder como si esa gente fuera un ejército de ocupación al que hay que desalojar para recuperar la libertad y tener esperanzas de bienestar. Sólo que no se usaría la fuerza, entre ot

Una máquina trituradora montada para alejar a los hombres de honor de la política

Cosme Beccar Varela  LBM #171 7/6/2001 Lamento tener que desilusionarlo, estimado lector. Los últimos acontecimientos (a los cuales me he referido el 6/4/2001 en el nro. 131 de este diario , antes de que ocurriera lo que hoy ocurre) me dan ocasión de escribir algunas reflexiones sobre los jueces penales y la Justicia.   No debe interpretar estas líneas como un apoyo a Menem, a quien considero uno de los presidentes más sospechosos de nuestra Historia, probablemente responsable de varias irregularidades administrativas y en torno del cual han surgido enormes fortunas inexplicables.   He sido un incansable opositor de Menem y lo sigo siendo. Pero trato de ser serio y de no dejarme llevar por "shows" de política-ficción, porque a la larga, pagan justos por pecadores (y no me refiero a Menem cuando digo "justos", por supuesto).   Para atajar esa posible consecuencia de estos episodios lamentables, en que ninguno de sus personajes resiste el menor análisis, es que doy un

La opinión gobierna el mundo

Cosme Beccar Varela  LBM #162  24/5/2001  Los argentinos preocupados por la situación nacional y excluidos de los grandes medios de acción, como lo son el gobierno, los partidos, los grandes recursos económicos, los medios de comunicación masiva, tenemos todavía una carta para jugar. Arquímedes dijo aquella famosa frase con la que quiso mostrar la fuerza de una modesta palanca: "Dadme un punto de apoyo y moveré la tierra." Podría decirse, trasladando este principio del dominio de la física al de la psicología social: "Dadme un punto de apoyo en la opinión pública y moveré el curso político de la Nación." Toda la máquina del poder político es nada más que instrumental, como la palanca en la física. Lo importante es el punto de apoyo. Esta semana acabamos de tener un ejemplo de este principio de psicología social en su relación con la política. Unos delincuentes desalmados mataron dos policías a sangre fría y con alevosía. Fue la culminación de una serie de hechos que

La "derecha" fragmentada y en migajas

Cosme Beccar Varela  LBM #160  22/5/2001  La corriente de pensamiento político que se conoce como "derecha" está fragmentada y esto hace que su capacidad de acción sea mucho menor a la fuerza que realmente tiene. Esto es lamentable y escandaloso. La denominación "derecha" es ambigua por obra de la "izquierda" que insistentemente la utiliza para designar diversas cosas, muchas de ellas inaceptables, como el nazismo, el fascismo, los militares soviéticos que se oponen a la "perestroika", el liberalismo histórico argentino (que odiaba a la Iglesia Católica), los banqueros y empresarios riquísimos que pretenden derogar las leyes de amparo social y no sé cuantas otras cosas más. Por eso es que siempre he preferido no usar la palabra "derecha" para designar mi posición política. Los nombres, para ser útiles, deben ser unívocos. Si son equívocos, es decir, si designan cosas distintas y aún contradictorias, el nombre no sirve. El lenguaje ha si

Muertes paralelas: comunistmo y neo-capitalismo

Cosme Beccar Varela LBM #153 11/5/2001 La economía "capitalista" podría ser entendida en un sentido legítimo si se definiera como un sistema de producción y de intercambio de bienes y servicios basado en la propiedad privada, la libre iniciativa y el contrato de trabajo, bajo el imperio de la Justicia. Si se entiende en ese sentido, la economía capitalista es un sistema legítimo y defendible. Por el contrario, ni el comunismo ni el socialismo son aceptables porque se caracterizan por negar el derecho de propiedad y la libre iniciativa, atribuyen al Estado un poder excesivo sobre la actividad privada, reniegan de la Justicia e infunden el odio de clases. Sin embargo, el capitalismo que hoy se practica no responde a aquella definición. Los capitales no son ya de propiedad privada en el sentido propio de la palabra, sino que se han "colectivizado". El tamaño gigantesco que han alcanzado las grandes concentraciones resultantes de la "fusiones" y de la "gl

Hay que volver a los fundamentos

Cosme Beccar Varela LBM #152 10/5/2001 Después de la Revolución de Mayo nuestra Patria sufrió 43 años de anarquía y dictaduras (la de Rosas no fué la única). Recién en 1853 se establecieron las bases de una Nación organizada al aprobarse la Constitución. Todavía hubo que pasar otros 7 años de guerra civil entre las Provincias confederadas y la de Buenos Aires, que no aceptó la Carta Magna aprobada en Santa Fé. No entraré a analizar el gobierno de Mitre, primer presidente designado después de la reincorporación de Buenos Aires. Sólo quiero señalar que en torno a la Constitución se organizó el país. La ideología de los gobiernos y sus intenciones políticas es otro asunto. La Constitución de 1853, con las modificaciones de forma efectuadas en 1860 al reunirse Buenos Aires con el resto de las Provincias, está basada en la norteamericana de 1776 y se divide en dos partes principales: la organización del gobierno nacional y las garantías individuales. Se establece un sistema de