Una inmensa capacidad de soborno

Cosme Beccar Varela
LBM #89
6/2/2001

Hay una intrincada madeja internacional de intereses espúreos que controla una enorme masa de dinero. Según las Naciones Unidas son u$s 600.000.000.000 POR AÑO (repito: POR AÑO) ("Clarin" 6/2/2001).

    Esa masa de dinero es suficiente para sobornar a casi todos los poderes temporales, incluyendo los políticos, empresariales, periodísticos y editoriales.

    Por lo tanto, quienes controlen ese dinero, tienen en sus manos la posibilidad de dominar el mundo por medio del soborno.

    Se insiste mucho en el narcotráfico y en el lavado de dinero proveniente de aquel, dándose a entender que el único dinero que se "lava" es ése.

    Sin embargo, sospecho que una gran cantidad del dinero que ingresa a ese circuito tiene otro origen: proviene de la corrupción de los políticos en diversos países, incluyendo la Argentina, por supuesto.

    ¿Qué cantidad de este dinero sucio está controlada por políticos y empresarios corruptos argentinos (no digo "pertenece", porque no cabe aplicar el concepto de "propiedad" a esta clase de relaciones entre personas y cosas mal habidas)?

    No se puede saber, pero sin duda no es una suma pequeña.

    Los economistas lanzan al voleo ciertas cifras, sosteniendo, algunos, que hay u$s20.000.000.0000 de dinero de argentinos en el exterior.

    Pero, distingamos. No considero que todo dinero de argentinos en el exterior pertenece a ese circuito siniestro.

    Si un argentino ganó legítimamente su plata y por desconfianza al sistema político local, por falta de seguridad jurídica, por temor a la desvalorización súbita y arbitraria de nuestra moneda o por otras razones igualmente válidas, decide remitirla como un ahorro al exterior, eso es perfectamente explicable y prudente. No me pliego en lo más mínimo a las diatribas hipócritas que los corruptos, los medios de comunicación y los economistas lanzan contra esos ahorristas.

    Obviamente, ese dinero no es dinero "negro" en el sentido de que trata este artículo. Y esos ahorros, generalmente pertenecen a personas individuales que lo han ganado trabajando o vendiendo algo heredado, por lo que no pueden ser demasiado importantes.

    Es cierto que son muchas personas las que probablemente los hacen de ese modo. Pero nunca podrían llegar a las cantidades que de un solo zarpazo se apropia un ministro o, peor aún, un presidente corrupto.

    No me refiero a ningún presidente en particular, ni digo que haya ocurrido. Tengo vehementes sospechas al respecto, eso sí. Digo, simplemente, que las cantidades que se manejan en esa clase de "operaciones" son enormes, muy superiores a lo que puede ganar una persona honestamente con su trabajo o lo que puede obtener por la venta de algún bien heredado.

    Entonces, de esa cifra de u$s20.000.000.000 que algunos economistas mencionan, es muy probable que u$s15.000.000.000, por lo menos, pertenezcan al circuito de fondos provenientes de la corrupción de los sectores dirigentes del país.

    Ahora bien, supongamos que una parte de ese dinero, la mitad, por ejemplo, fuera aplicado, mediante la ayuda de empresas constituidas en "paraísos fiscales", como Cayman Islands u otros semejantes, a hacer "negocios a riesgo político" en la Argentina (ver el concepto de "negocio a riesgo político" en "La botella al mar" 76, del 18/1/2001), cuyo lucro es inmenso y que, además, tienen menos competencia. De tal manera, esos capitales se multiplicarían geométricamente en forma constante y llegaría un momento en que controlarían el núcleo de la economía nacional.

    Alcanzados esos niveles de riqueza y de poder (riqueza y poder son convertibles en el mundo actual) la costra de la dirigencia corrupta se torna inamovible y el país no tiene salida. Los argentinos honestos no serían más que esclavos de ese Estado (como los "ilotas" de Esparta) y no serían más que instrumentos manejados por esa "dirigencia". (¿Serían o ya somos?)

    Mirando esta situación desde una perspectiva mundial, a la luz de las cifras de "dinero negro" que manejan las Naciones Unidas, se entiende por qué los corruptos locales gozan de un apoyo internacional que no cede ni cesa.

    Este círculo vicioso sólo se podría romper con una gran concientización y movilización nacional encabezada por líderes auténticos y a la altura de las circunstancias. Y no se hará sin grandes sacrificios. Por ahora no la veo ni asomar.

Lo más leído...

Característica carta de rechazo a "La Botella al Mar" y contestación en defensa de ésta

El odio mal disimulado al catolicismo aparee en la prensa llamada "libre"

Teatro en el Senado como en el teatro: todos fingen y el país se hunde