El "putsch" de Cavallo, al estilo nazi

 Cosme Beccar Varela

LBM #125

31/3/2001

EL "PUTSCH" DE CAVALLO, AL ESTILO NAZI

Lo que acaba de ocurrir en la Cámara de Diputados, que será completado por los Senadores hoy, probablemente, es, lisa y llanamente un "putsch" al estilo nazi realizado por Cavallo.

Éste tiene una psicología muy similar a la de Hitler: comediante, astuto, arrebatado, exigiendo devociones y no simplemente apoyos. Y según vimos ayer, por las declaraciones hechas a "Clarín", se prepara para desempeñar inicialmente un rol semejante al de Goebbels, ministro de propaganda del Führer y su gestor político, no el de ministro de economía. Es decir, reúne en su persona las dos figuras principales de nazismo: Hitler y Goebbels.

Creo que la situación del país no le permitirá llegar a los extremos de totalitarismo que llegaron esos señores. Por ejemplo, confío que no podrá establecer campos de concentración y que no podrá montar una SS.

Pero vale la pena hacer el paralelo entre el "putsch" de Hitler para llegar al poder y el "putsch" de Cavallo que todavía está en curso, para que los que están abriéndole todas las puertas al dictador local, vayan sabiendo cual es el final de la historia y la responsabilidad que asumen si no reaccionan ya mismo. Usaré el breve pero autorizado texto de la Enciclopedia Británica (tomo 8, pag. 967)

Hitler perdió la elección presidencial de 1932, que ganó Hindenburg (¿De la Rúa?).

"Colocado en una fuerte posición...tomó parte en una serie de intrigas para obtener el favor del anciano presidente, en la cual los principales participantes fueron Franz von Papen (¿Colombo?, con perdón de von Papen), el General Kurt von Schleicher (¿los dueños de "La Nación"?), Otto Meissner (¿los grandes empresarios?) el hijo de Hindenburg, Oskar (¿Antonio y el grupo "sushi"?).

"A pesar de que su partido estaba declinando sostenía que no podía aceptar ningún otro cargo que el de Canciller (Nota: es el super-ministro en el sistema de gobierno alemán), y esto por medios constitucionales, sin revolución.

"A través de todo este proceso, mostró una habilidad única para explotar las condiciones favorables a su éxito. Él mismo créo el mito de Hitler; lo propagó usando todos los trucos de agitación de masas y con habilidad de actor asimiló el papel que él había creado para sí mismo.

"Sin embargo, en todo momento siguió siendo un político astuto y calculador, consciente de la debilidad de su posición, percibiendo más rápido que nadie cual era la manera de conseguir que la situación virara en su propio beneficio.

"En Enero de 1933 cosechó su premio, puesto que Hindenburg (¿De la Rúa?) lo invitó a convertirse en Canciller de Alemania y tomó posesión del cargo con el apoyo de von Papen y Hugenberg (¿Ruckauf?) y con el Mariscal Werner von Blomberg (¿Alvarez?) como ministro de Defensa.

"Una vez en el poder, Hitler empezó a montar una dictadura absoluta. Consiguió el consentimiento del Presidente para llamar a elecciones anticipadas, fundado en que no podía obtenerse una mayoría en el Parlamento.

"El incendio del Reichstag en la noche del 27 de Febrero de 1933 (aparentemente obra del comunista holandés Marinus van der Lubbe) le proveyó la excusa para dictar un decreto suspendiendo todas las garantías de libertad y para desatar una campaña de violencia.

"En esas condiciones, cuando las elecciones fueron realizadas (Marzo 5, 1933) los nazis sacaron el 43,9% de los votos.

"El Parlamento sesionó en la Capilla del Cuartel de Postdam, una reunión teatral realizada con la intención de simbolizar la unión entre su movimiento y la antigua Alemania conservadora, representada por Hindenburg.

"Dos días más tarde (N: de la apertura de las sesiones del nuevo Parlamento), el 23 de Marzo de 1933, se dictó una ley otorgándole poderes extraordinarios a Hitler, con el voto de los partidos nazi (¿peronistas de Ruckauf y Acción por la República?), nacionalista (¿UCR?) y de Centro (¿Demócratas y Provinciales?)."

Después de eso, Hitler tuvo la suma del poder y lo usó ya sabemos cómo. En un principio, reactivó la economía alemana, terminó con la desocupación, solucionó el problema de la deuda externa, sin dejar de aumentar su poder y de perseguir a sus opositores. Después, fué la hecatombe.

No quiero decir que Cavallo quiera llegar a esos extremos, aunque no dudo de que perseguirá a sus opositores tan pronto tenga la posibilidad de hacerlo. No digo que usará los métodos sangrientos del tirano germánico, pero usará otros que serán crueles y destructivos, porque ya lo he visto usarlos en su anterior gestión.

Y, en todo caso, hay en él una ambición de poder, una falta de escrúpulos para alcanzarlo y un desprecio por el Derecho tal, que autorizan el paralelo y exigen el patriotismo de todos los hombres y mujeres de bien para detenerlo, antes de que sea tarde.

Es de señalar el enorme mérito que han tenido la diputada Elisa Carrió y otros diputados, en oponerse a este "putsch" con sus intervenciones en la Cámara. A ellos nuestras felicitaciones y nuestro agradecimiento.

Hasta ahora el paralelo llega al momento en que el Hindenburg argentino, el cansado, débil e irresoluto De la Rúa, lo llama al poder y con el apoyo de los supuestos partidos democráticos le votan poderes extraordinarios como ministro de economía (en realidad, ministro de propaganda, según él mismo lo confiesa pues dice que se ocupará de hablar y no de hacer números. Ver la "Botella" de ayer, nro. 124).

Pero su ambición no se detiene ahí: él quiere ser presidente con poderes irrestrictos.

¿Cómo será el "incendio del Reichstag" que inventará Cavallo para reforzar sus poderes y persuadir al público de que sin él, es el caos?

¿En qué momento provocará la renuncia de De la Rúa para forzar elecciones anticipadas, por aplicación de la ley de acefalía, en las que será electo presidente?

¿Cómo usará sus poderes para transformar una economía "abierta" corrupta que ya no dá para más, en una economía "cerrada", igualmente corrupta, en la que lucrarán una vez más los que lucraron con la otra y perderá una vez más el pueblo argentino?

No lo sé, pero no tardará. Y la responsabilidad caerá sobre la cabeza de quienes hoy le abren el camino hacia la dictadura, con un itinerario tan siniestramente análogo al que siguió Hitler en 1933.