Foro sobre las armas (no las de Urso, sino las de defensa personal)

Cosme Beccar Varela 

LBM #182

25/6/2001



 

A propósito de mi artículo "Si vis pacem, para bellum" (nro. 180, del 21/6/2001) he recibido una interesante carta de mi amigo G., desde la maravillosa capital de Austria y otra del Dr. Germán Pirán, desde la un poco menos maravillosa pero tan querida Buenos Aires.

 

Me puse a contestarle al primero y, al terminar, pensé que el asunto tiene suficiente extensión para ser insertado como "Página del día".

 

Al Dr. Pirán sólo me cabe decirle que su tesis es muy interesante y mucho más amplia que la mía, pues yo me he limitado a sugerir un armamento reglamentado de la población para defendernos de la delincuencia y él le dá un alcance político que es mucho más profundo y sugestivo.

 

Su cita de la Carta Magna, que los barones ingleses arrancaron a Juan sin Tierra, me hizo pensar que, realmente, nosotros somos muy inferiores a aquellos barones porque ni siquiera conseguimos que nuestra "dirigencia" (la que Duhalde calificó) respete la Constitución, que es nuestro "pacto fundacional" y que costó 43 años de guerras civiles conseguir... Es una vergüenza capaz de dejar sin habla al más imperturbable de los hombres, aunque eso no les quite el sueño a una gran parte de los argentinos (una parte tan grande que se parece mucho al todo)...

 

* * *

 

La carta de mi amigo G. desde Viena:

 

Viena, 22/6/2001

 

Querido Cosme:

 

Acabo de leer tu artículo de hoy y me he quedado muy pensativo.

 

Buenos Aires para mi siempre ha sido (junto a Viena, hay que decir) una de las pocas ciudades en el mundo donde no tenia miedo de pasearme prácticamente en cualquier barrio y a cualquier hora (de hecho no lo probé; me bastaba Belgrano por la tarde, pero igual: tenia la seguridad interior de que no me pasaría nada).

 

Entretanto he oído decir ya varias veces que este estado de cosas pertenece al pasado (aunque en mi estadía reciente no noté absolutamente nada negativo).

 

Coincido contigo que habría que poner todos los medios para restablecer el orden y la seguridad publica pero me parece que esto solamente puede hacerse mediante una policía mas numerosa, mas motivada y tambien, sit venia verbo, mas honesta.

 

Al mismo tiempo habría que limpiar la ciudad una vez para siempre y decididamente de todas estas "villas" que han sido establecidas contra todas las leyes pero que, al parecer, ningún politico se atreve a tocar, supongo que por razones de una "humanidad" mal comprendida. En otros paises, si alguien levanta una choza en terreno que no es suyo y, además, sin respeto a las normas de construcción, se lo impiden el mismo dia. En este caso me parece que son las autoridades que no cumplen sus deberes, y son los delincuentes que se aprovechan de ello.

 

Hasta aqui coincidimos. Lo que no me parece bien, ni justificable, sería la libre repartición de armas a particulares. Tu juegas un poco con las cifras estadísticas y tratas de demostrar que los médicos son mucho mas peligroses que los que poseen armas.

 

Tu mismo sabrás muy bien que esto no es así: es que los médicos ejercen su profesión cada dia de su vida y tienen así infinidad de posibilidades de cometer errores. Los particulares armados por otra parte, gracias a Dios, llegan muy raras veces (y la vasta mayoria nunca) en una situacion en la que podrían utilizar sus armas; por consiguiente las cifras de "accidentes" son mínimas.

 

El gran peligro de dar acceso libre a armas consiste en dos cosas distintas: primero, no es factible enseñar a todos de una manera suficiente y satisfactoria cómo utilizar estas armas de forma profesional; preveo toda clase de peligros e inconvenientes (incluso el acceso de jóvenes a las armas de sus padres).

 

Segundo, no sabiendo muy, muy bien cómo y cuándo utilizar las armas (para lo cual harían falta estudios detenidos y supervisados que en la practica difícilmente podrían hacerse) los portadores de armas se expondrían mucho mas que los no armados.

 

Robos y asaltos hay infinidad en todo el mundo, pero el porcentaje de muertos por suerte es infinitamente menor; generalmente si uno entrega su dinero etc. uno se escapa con la vida intacta.

 

Esto cambiaría fundamentalmente en el momento en que los delincuentes sepan o tengan que tomar en consideración que el asaltado probablemente tendrá arma: no por eso dejarán de asaltar pero lo harán con mas decisión y mas brutalidad - y les asistirán dos grandes ventajas: 

a) tienen costumbre y

b) son ellos los que atacan y sorprenden a su victima, una victima que en la gran mayoria de los casos no sospecha nada y no sabe lo que está a punto de sufrir. Es casi forzoso que llevará la peor parte.

 

Yo personalmente tengo dos armas pero no los llevo nunca y nunca pensaría en utilizarlos aunqe me ataquen porque sé que el susto y la excitación del momento me pondrían infaliblemente en sumo peligro de exponerme a las armas de los criminales.

 

Y por último, deberíamos hacer todo lo posible para terminar con las armas en el mundo y no, al revés, aumentar su número aunque sea por razones supuestamente legítimas.

 

Un abrazo

 

G.

 

* * *

 

Y la carta del Dr. Germán Pirán:

 

23/6/2001

 

Estimado Cosme:

 

Tu carta en "La botella al mar" me lleva a la siguiente reflexión: la diferencia entre nuestra cultura y la británica.

 

Vos sabés que para los ingleses, la casa de un ciudadano es SU CASTILLO, de modo que en él tiene el absoluto derecho de estar armado, y NADIE PUEDE, en principio, privarle de un derecho natural QUE JAMAS RENUNCIÓ ANTE EL ESTADO. Eso, entiendo, es la teoría de la American Rifle Association que creo preside Charlton Heston.

 

Nosotros tenemos cultura de vasallos, que para tener un arma debían PEDIR PERMISO A SU AMO, así como para comprar un caballo.

 

Por eso, aquí la autoridad TE PROHIBE ARMARTE SIN PERMISO Y SI ESTAS ARMADO VIOLAS LA LEY, porque el AMO, el Estado, no te deja.

 

La diferencia está en que los ingleses le ARRANCARON la Carta Magna a su Monarca allá por el año 1215 y nosotros aún no podemos conseguir que nuestros gobernantes dejen de tratarnos como su rebaño de ordeñe...

 

Un abrazo

 

Germán R. Pirán

 

* * *

 

CONTESTACIÓN A MI AMIGO G.:

 

Querido G.:

 

Agradezco tu carta del viernes 22 de Junio. Como siempre, me ha dado una gran alegría tener noticias tuyas.

 

Realmente, la situación en Buenos Aires y en el país ha empeorado mucho desde que tú volviste a Viena. Yo también pensaba como tú y sostenía que Buenos Aires es una de las ciudades más seguras del mundo. Pero eso no es más así. Hoy es una ciudad insegura como cualquier otra de las grandes del mundo, o peor.

 

A eso contribuyen esas "villas miseria" que los políticos dejan proliferar en lugares de privilegio. Los delincuentes las como refugios. Es frecuente leer en el diario que la policía persigue a unos delincuentes hasta que éstos se internan en una de esas "villas". Ahí la policía se detiene y abandona la persecución.

 

Son como "zonas liberadas" de la delincuencia o como los antiguos "santuarios" de la Edad Media, con la diferencia de que los santuarios eran sitios de misericordia dirigidos por hombres buenos, mientras que estos otros son fortalezas de la delincuencia bajo el control de los mismos delincuentes aunque, obviamente, la mayoría de quienes viven allí no sean delincuentes. Algo así como era la isla de las Tortugas para los piratas en el siglos XVI.

 

Te imaginas que en esas condiciones, no hay policía que baste. Inclusive, ayer mataron al vigésimo noveno policía federal en lo que va del año.

 

La estadística de los médicos que transcribí en mi artículo es una ironía, por supuesto. La tomé de un informe que me llegó de los EEUU. En ese país hay muchas personas que sostienen que el desarme de la población civil incrementa el auge de la delincuencia.

 

Podría hacerse una estadística similar sobre el uso de automóviles pues son un "arma" tan letal como las de fuego.

 

Tus argumentos contra mi propuesta son muy atendibles y serían decisivos si la situación no fuera la que es. Debemos reconocer la gravedad de la situación, partir de la base de que la delincuencia ya está decidida a matar (tanto más decidida cuanto menor es el riesgo que corre de ser repelida) y admitir que la enorme proliferación de asaltos a mano armada (calculo que debe haber centenas de ellos por día) es un peligro de vida para las víctimas, haya o no muertos en cada uno de esos asaltos. Desde ese punto de vista, es inevitable concluir que la solución no es "entregarse" si a uno le "toca" ser encañonado, para salvar la vida, sino buscar alguna manera de impedir que los asaltos ocurran.

 

Es posible que tengas razón cuando dices que los delincuentes serían más brutales si se generalizara el uso de armas. Pero creo que sólo continuarían asaltando los que realmente fueran más brutales y más hábiles, que son menos numerosos, con lo cual disminuiría mucho el número de los hechos delictivos contra las personas. Los otros, los que van a la víctima segura que no ofrece riesgo para ellos, que creo son la mayoría de los delincuentes, esos, dejarían de asaltar y se dedicarían a robar cosas que su propietario no tenga en ese momento consigo.

 

Y los más brutales lo pensarían dos veces antes de decidirse a cometer un delito pues sabrían que corren un mayor riesgo de ser rechazados por una población en la que fueran numerosos los civiles armados.

 

Tienes mucha razón cuando dices que será muy dificil dar una preparación suficiente a la gente que se anote en el programa. Y más en un país en que abunda la gente indisciplinada y perezosa. Pero la dificultad de realizarla no invalida la solución.

 

Si se aceptara la idea, deberíamos buscar empeñosamente las maneras de resolver las dificultades prácticas que se presenten.

 

Dicho sea entre paréntesis, nunca lanzaría un programa asi a menos que una grandísimo número de personas se anotaran en el programa. No se puede empezar con unos pocos, ni siquiera con unos cuantos. Los instructores deberían ser muy bien elegidos y los nombres de los integrantes del plan, cuidadosamente protegidos, etc. etc.

 

La otra solución, la que tú defiendes, o sea "una policía mas numerosa, mas motivada y también, sit venia verbo, mas honesta", esa es mucho más difícil de realizar que la que yo propuse. ¿Cuantos policías habría que tener para vigilar todo el territorio y proteger a toda la población las 24 hs. del día?

 

De hecho, el asunto se ha salido de cauce. La policía misma tiene sus filas infiltradas de delincuentes y los policías que son muertos son de los buenos, no de los otros. Y los malos policías tratan a la gente con desprecio, porque saben hasta qué punto está indefensa y depende de ellos.

 

Sería ideal que pudiera resolverse el asunto por ese lado. Yo no quiero que los civiles valientes y conscientes de sus obligaciones, que son los que se anotarían en este programa, corran riesgos gratuitamente. Preferiría mil veces que los profesionales, que son los policías, nos defendieran. Pero no es así y cada día es menos asi.

 

Este proyecto es tan remoto que estamos discutiendo muy en teoría, Pero la teoría es muy importante.

 

En cuanto a la teoría del desarme universal que tu insinúas al final de tu carta, creo que contradice la experiencia de la Historia e ignora el dogma del pecado original.

 

El mal existe, los malos existen y existirán siempre hasta el fin del mundo. Por suerte los malos son menos que los buenos, especialmente en los países que pertenecen a la civilización cristiana. Puede ser que los buenos sean desarmados, pero los malos no se desarmarán jamás. Y como éstos saben que son minoría, tratarán siempre de imponerse por la fuerza. Si sólo ellos tienen armas, no hay duda de cual será el resultado: los malos dominarán a los buenos y corromperán a los hijos de los buenos.

 

Lo que hay que hacer es sujetar las armas a la razón, como todo otro instrumento creado por el hombre.

 

Hay muchos instrumentos peligrosos que se usan continuamente. Como te decía más arriba, por ejemplo, el automóvil. Podemos agregar los cuchillos de cocina y el gas butano que se usa para calentar los alimentos y los edificios de muchos pisos y los aviones, etc. etc.

 

Peligros siempre habrá. El asunto es limitar en todo lo posible la peligrosidad de lo que nos es útil.

 

Es curioso lo que pasa con las armas... y hasta sospechoso. Se ha generalizado una creencia de que es un instrumento malo en sí. Sería el único instrumento que tendría casi una vida propia e incontrolable.

 

Respecto de todos los demás instrumentos que te nombré, por peligrosos que sean, se admite un uso racional y la gente está acostumbrada a usarlos cuando hace falta. Pero de las armas no se puede ni hablar.

 

Hay muchos que las tienen (y no se las quitan sus hijos, como piensas) pero las temen de tal manera que es como si tuvieran una víbora venenosa en el ropero.

 

Esto es absurdo y no tiene explicación sino es por el interés que tienen los malos en que los buenos se desarmen o, teniendo armas, no sepan cómo usarlas. Es como si alguien tuviera un automóvil pero no se atreviera a sacarlo del garage porque no quiere aprender a manejarlo y tiene miedo de matarse si se pone al volante...

 

Por supuesto, esto no quiere decir que la "carrera armamentista" esté bien. En el plano internacional, una de las primeras cosas que se debe prohibir son las armas de efecto indiscriminado, como las bombas. No sólo las atómicas, que son inaceptables, sino todas las otras que matan civiles. Y en manos de los particulares, no son aceptables las bombas ni las granadas, porque causan estragos muy superiores a los requeridos para una defensa personal.

 

Te ruego que leas lo que escribí al lector Sr. Alberto Aprea el 21/6/2001 acerca de la "doctrina von Clausewitz" sobre la guerra. Estoy totalmente en contra de esa doctrina.

 

Esto es lo que quería decirte sobre tu carta. Espero tu respuesta porque no hay mejor manera de resolver un asunto dudoso que ponerse a discutir propuestas con personas inteligentes y de buena fé.

 

Cordiales saludos

 

Cosme Beccar Varela.

 

* * *

 

La misma invitación a opinar sobre este asunto (y sobre todos los otros tratados en este diario) la dirijo a todos los lectores de "La botella al mar". ¿Será posible que esta "dirigencia" (la que Duhalde calificó) nos gane por abandono?

 

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