Homenaje a dos madres heroicas

Cosme Beccar Varela
LBM #88
5/2/2001


Contrastando con el horrible crimen legal cometido por los padres, los médicos, los jueces, los abogados, los funcionarios y la prensa involucrados, en poderosa coalición contra un niño indefenso, al que abortaron y después abandonaron para que muriera, al no brindarle los cuidados que su estado de prematuro exigía (ver "La botella al mar" Nro. 77, del 19/1/2001), contrastando con ese horror, digo, refulge como una estrella el amor heroico de dos madres que dieron sus vidas para salvar a sus bebitos de 7 y 8 meses.

    El hecho ocurrió en la lejana India y las heroínas son las jóvenes madres de Sweta Kumar (7 meses) y Murtza Ali (8 meses). Sus nombres no fueron registrados en la noticia. Pertenecen a la inmensa falange de los héroes anónimos.

    Como es sabido, hubo en ese país un enorme terremoto, el mayor en 50 años (7,9 de la escala Richter). Pueblos enteros se derrumbaron y los socorristas trataron afanosamente de encontrar sobrevivientes debajo de los escombros.

    Luego de tres días y tres heladas noches de búsqueda, y cuando desesperaban de encontrar a alguien con vida, "en Bhachau -epicentro del sismo-...al levantar una gruesa pared e intentar dar vuelta el cadáver de una joven, los socorristas distinguieron un pequeño bulto que abrazaba el cuerpo de la mujer. Se trataba de la niña Sweta Kumar. 'Fué un milagro', indicó R.K. Thakur, funcionario de Defensa Civil, quien relató que Sweta estaba cubierta de sangre. Un caso similar fué el de Murtza Ali, el bebé de 8 meses hallado en Bhuj."

    Me emociona y admira extraordinariamente el amor de estas madres que al sentir temblar la tierra y ver caer las paredes, en medio de los terribles golpes que estarían recibiendo de la pesada mampostería en ruinas, no pensaron sino en salvar a sus bebitos, cubriéndolos con sus propios cuerpos.

    Los abrazaron, haciendo de sus frágiles espaldas femeninas un escudo para preservarlos de los golpes mortales de las piedras y objetos que caían sobre ellos. No calcularon; siendo imposible ponerse a salvo con sus hijitos, no dudaron, no se excusaron con las tensiones espantosas que les estaría provocando la dramática situación. Sólo pensaron en proteger los frágiles cuerpecitos con sus casi igualmente frágiles espaldas.

    En la Argentina hay 300.000 abortos todos los años y es un país de mayoría católica, de cultura occidental, que tiene pocos terremotos. Y no son todos abortos "clandestinos" como dice el sonsonete abortista para justificar la sanción de una ley que autorice la plena libertad de abortar, alegando que asi podrán abortar con todas las facilidades modernas y ascépticas de un hospital en vez de hacerlo en la casa de una curandera.

    No. Muchos de ellos son hechos directamente en hospitales y sanatorios, con permiso y asistencia médica prevaleciéndose de la exención de pena del art. 86 del Código Penal, como ya expliqué en el Nro. 71 de esta "Botella". No sé cuántos, pero han de ser muchos por lo que yo mismo ví en la morgue del Hospital Rivadavia y que cité en "La botella al mar" 71, del 11/1/2001.

    Pues bien, dos mujeres paganas dan ejemplo de amor materno, heroico, generoso, a esas malos cristianos que matan a sus hijos por el aborto y aún los abandonan para morir después de nacidos, si es que nacen vivos.

    Estos actos de sacrificio constituyen una rotunda afirmación del deber moral natural de toda madre de preservar la vida a sus hijos, tanto más cuánto más débiles sean.

    Considerando que la anti-cultura moderna sostiene, por el contrario, que matar al hijo nonato es legítimo, y eso en nombre del "derecho de cada mujer sobre su cuerpo", estas madres, de tal manera sostuvieron la doctrina verdadera, que se puede decir que han realizado un supremo acto de amor a la ley de Dios, lo que es lo mismo que un acto de amor de Dios. Eso me hace pensar que han obtenido la gracia del perdón de sus pecados y la salvación de sus almas. Ojalá así haya sido.

    Al conocer esta noticia, ¿sentirán un poco de vergüenza, aunque más no sea, los responsables del crimen legalizado cometido contra el hijo de Silvia X.?

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